Esto no es un poema.
Carece de rimas,
estilo medido,
métrica refinada,
y si se cuela algún recurso retórico
es pura casualidad.
Repito, esto no es un poema.
No tiene artificio,
nadie lo ha trabajado
y no lo escribe un prodigio.
Insisto, esto no es un poema.
No contiene parábolas
ni simbolismos,
solo sentimientos
e incapacidad.
Eso sí,
si hablamos de ella
todo cambia.
Cada lunar rima con su contiguo,
su sarcasmo es la medición de un estilo,
sus caderas son métrica de oro
y cada uno de sus latidos
una hipérbole.
Todo en ella es artificio,
entenderla es el mejor de los trabajos
y sus dedos con los míos
plumas de prodigio.
Su sonrisa es la mejor
métafora del amor jamás vista
y su espalda
símbolo y signo de paz.
Puedo asegurar,
y aseguro,
que ella sí es un poema.
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