Déjame tocarte con mis palabras, deja que estas manos -fútiles por la distancia- recorran tu cuello con cada sílaba y besen tus labios en cada acento, deja que la métrica abrace tus caderas y que el ritmo marque el paso de tus contracciones.
Abandónate a mi ser, impreso en esos textos, inhibe tu alma a otra que no sea la mía, ama al poeta como amaste a ese amante que nos contagió.
Sé en mi como yo sigo siendo en ti.
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