4 de noviembre de 2013

La curiosidad mató al gato
y se quedó con seis vidas,
pero gastó otra en ese orgasmo de madrugada,
la tercera se fue en el suspiro de su pecho
y la cuarta echó a volar entre las sonrisas del mañana,
la quinta se quedó agazapada 
esperando a que la sexta la alcanzara 
para morir juntas en un "Sí, quiero"
y la séptima
la séptima se fue a la tumba 
con aquel que fue capaz de despertar la curiosidad del felino.

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