29 de febrero de 2016

Quiéreme así,
raro y desnudo,
con alguna mentira en la boca
y toda la verdad en la mirada.              

Quiéreme como si valiera la pena,
como si la vida solo un corazón tuviese,
como se toca a la seda y se bebe el vino,
con cuidado y expectante.

Ámame loco, risueño, triste, enamorado,
hazlo encendida y al dormir,
con el moño puesto, la sonrisa a cuestas
y el genio de quien un mal pronto tiene.

Ten presente un testamento,
el legado que de mis palabras se extrae:
si es por ti,
merece la pena morir.

2 de diciembre de 2015

Veo a los gorriones
desayunar migajas que un día dejamos;
los veo volar asustadizos
y regresar cobardes
para alimentar sus cuerpos diminutos.

Veo a los gorriones
mirarme a los ojos,
y soy yo el que ve la pena
reflejada en sus pequeñas pupilas.

Ahora soy yo el cobarde
que vuela, dejándoles
tristes migajas con las que alimentarse.

Quizá algún día regrese,
pero siempre demasiado tarde.

18 de octubre de 2015

No te pases de la raya
-que marca el pintalabios oscuro
sobre el claro de sus labios-;
no cruces esa línea
-marcada por la ropa interior en las lumbares
o el sostén sobre su espalda-;
no mires al futuro
-que has imaginado mil veces en sus ojos-
y vive el presente
-que tanto cuesta vivir sin sus brazos-.

Consejos y recomendaciones
que omito porque crecí queriendo ser pirata,
alma libre y soñadora
que vive en los límites

y muere en los amores.

15 de septiembre de 2015

Esta noche ha venido mi vida a cenar;
ella se ha sentado a la mesa
y yo le he servido el plato de gnoquis al roquefort
que llevaba toda la noche preparando,
me ha enseñado una botella de vino
y le he pedido que la descorche
porque a mí siempre se me queda el corcho dentro.

Después de tres gnoquis me ha preguntado
que si hay alguien en las habitaciones,
que por qué están las puertas cerradas;
le he respondido que yo siempre dejo abierto el portal
y todas las puertas de los pasillos
pero que nadie pasa del salón,
nadie se asoma a ver qué sábanas tengo,
el albornoz que hay detrás de mi puerta
o si esa otra habitación es un despacho
o un cuarto de sadomasoquismo.

Bueno, miento:
a veces sí entran,
a veces incluso se quedan
y los acojo durante un tiempo,
pero todos se van
o los echo;
los echo o se van
porque no sé limpiar espejos
y cuando te miras en él
tu reflejo es feo,
tiene manchas
y yo no sé cómo borrarlas;
a veces los echo
o se van,
o se van y los echo
porque no me apetece cocinarles,
porque me apetece que me cocinen a mí
o porque no me apetece comer
y a veces soy muy perro del hortelano
y tampoco dejo hacerlo;
a veces se van
o los echo
porque no tengo ganas de ver
ni de mirar
ni de escuchar 
ni de sentir
ni de abrazar
ni de besar,
solo tengo ganas de estar conmigo mismo
y no me doy cuenta 
de que el mejor compañero de piso que tengo
soy yo
y soy al que peor trato,
y si no sé tratarme bien a mí
cómo voy a tratarte bien a ti
o a ella
o a él.

No entiendo qué pasa,
no entiendo por qué si no hay cerraduras
nadie tiene una llave
no entiendo por qué todos la piden
y no entiendo por qué no entienden que no hace falta,
que con girar el pomo ya están dentro.

Se me han saltado las lágrimas
y mi vida me ha dado un abrazo,
ha intentado consolarme
pero lo único que le ha salido ha sido:
"Tío, no te rayes, seguro que no te merece".

24 de agosto de 2015

Hay mujeres que son bosque,
maraña de árboles que inundan
las fosas nasales con aromas
de tierra húmeda y salvaje.

Hay mujeres que son manto,
que acolchan los pies al sueño
de una vida sin pudores
ni desencantos. 

Hay mujeres que son sed,
sonido de agua brotando
del manantial del que nace,
sonido de agua quebrando
la roca que le impide ser cauce.

Tú,
mujer de brezo y nogal;
cantan tus hojas con la brisa,
lucen tus flores sus mil colores,
es tu ramaje el abrazo en el que quiero soñar. 


18 de agosto de 2015

No sé cómo decirte
que sigo luchando,
que saco fuerzas 
y ya no me detengo.

No sé cómo decirte
que allá arriba
se te echa más de menos,
que el campo es menos campo
y la montaña no está a tu altura.

No sé cómo decirte
que puedo,
que puedes
y que podremos con todo.

No sé cómo decirte
que nos echo de menos
tanto como pedaleo de más.

10 de agosto de 2015

Hoy se ha muerto un futuro;
hoy se ha muerto el amor;
hoy se ha muerto la vida
más bonita que he soñado jamás.

Hoy me ha dicho gracias
con palabras de adamantium,
hoy me ha dicho que le he enseñado
todo lo que sabe sobre el amor;
ella, que fue la que me enseñó a amar.

Hoy es diez de agosto en Córdoba
pero en mi pecho habita el frío
de un vacío que da miedo
y me olvidé en su puerta 
todas las entrañas 
para poder llenarme de ella.

Porque ella es todo un mundo;
ella es todo lo que una vez 
quise sentir;
ella es todo
incluso ahora que tenemos que ser nada.

Y yo me ahogo, 
mientras me desato entre las sonrisas
que me producen sus dientes de ratón
a través de una pantalla,
que vale cuatrocientos euros
solo porque ella está dentro.

Por favor,
solo por hoy,
permitidme estar muerto.