24 de junio de 2014

Ayer hacía calor,
hoy llueve a mares.

El tiempo es el fiel reflejo
de la ironía que puebla la vida.

Acostumbro a andar sin paraguas,
al igual que un revés del destino
aguanto las hostias de la lluvia en la cara
-o los besos, según se mire-.

Al llegar a casa me doy una ducha,
cuando salgo vuelve a hacer calor
y sudo, sudo tanto que me ducharía otra vez.

Me gusta cepillarme los dientes al ducharme,
nunca sabes si una ráfaga de aire va a besarte;
si a ella le gusta mi aliento fresco
qué hace diferente al viento.

El viento es un cruel amante,
te despierta por las mañanas
y detesta que te peines,
pero, cuando te acaricia,
hasta los lunes son menos malos. 

Nadie comprende a los lunes,
tratan de sonreír y enseñarnos luces
pero siempre hay alguien que los maldice.

Ayer traté de sonreírle a la semana,
hoy ya estoy llorando. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario