1 de abril de 2013

Llueve,
las hojas de los naranjos
que rozan el aféizar de mi ventana 
se hayan mojadas, 
mi mirada se escapa perdida 
entre las rendijas que dejan 
las gotas condensadas en mi ventana, 
cristal al cristal.

Humedades,
al fin y al cabo el juego trata de eso
¿No?
humedecer otros labios,
dejarse humedecer por sus piernas
bailar la humedad de tu lengua en su espalda.

¿De qué sirve crecer
si nos niegan la lujuria?
Pecado capital lo llaman
Capital necesidad les respondo
Querer irse y venir
Un continuo viaje que cuesta detener
La carretera es así de caprichosa
Como tú.

Mis días en ti se sienten verano;
cálidos, sudorosos, mojados,
pensarte y sentir erizarse mi piel
justo como cuando piso el mar
por primera vez en todo el año,
y así siempre. 

¿Imaginarse una despedida?
Merece la pena
solamente por el beso del reencuentro
por el abrazo que potencia mis latidos.

Si lo nuestro no es eléctrico,
que venga Thor y lo vea.

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