29 de septiembre de 2014

Por ti no rodaron cabezas,
por ti perdí la mía.

La libertad empieza en la rebeldía
de una moral que se cree reina de la verdad.

Tu moral es absolutista,
pero mi corazón es un pueblo
que pide amor a precio justo
y tiene ansia de destronarla
a base de afilados besos en tu cuello.

Mis manos son la cesta
que recoge tu rostro 
cuando este es degollado.

Tú, patria, 
comienzas a ser consciente
de que perteneces al pueblo
que te reclama y late en mi pecho.

La indignación de tu moral
viste de rojo tus desnudos
gritando revolución,
esperándome a mí,
sans-culottes,
para tomar una Bastilla 
que se nos quedará pequeña.

No sé si pasaremos a la historia
o si ésta será cruel con nosotros,
lo que sé es que has marcado un hito,
que has sido mi Revolución Francesa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario